lunes, 16 de diciembre de 2013

Las consecuencias de mentir a los hijos con mitos navideños


A los testigos de Jehová no les resultan desconocidas las consecuencias de mentir a los hijos con ciertos mitos. De hecho se atreven a lanzar campañas cuando se acercan ciertas fechas de relevancia social en las que se aprovechan ciertos mitos utilizados tradicionalmente para hacer más felices a los niños y utilizar estos para hacer leva de nuevos miembros y acopio de donaciones entre los que se quedan las publicaciones elaboradas para tal fin.  

Los niños saben construir historias inventadas a partir de escuetos bosquejos mentales en los que se recrean historias épicas. Ayudados de muñecos y vídeo juegos, van generando su historia. De modo que los niños tienen experiencia en vivir en un mundo de ensueño lleno de fantasía.

En ocasiones estas fantasías resultan de la activación de ciertos mecanismos que utiliza la mente para protegerse de traumas o shock mentales. No es extraño que algunos niños tengan un amigo imaginario.

Pero a pesar de que los niños sepan o no reponerse de estas fantasías, la Watchtower ha querido poner de manifiesto los peligros de no “decir la verdad” a los niños sobre los mitos navideños.

Sería bueno recordar como la “Organización” Watchtower se ha comparado a "una madre amorosa"(1), que quiere lo mejor para sus hijos espirituales. Es por eso que sería bueno hacer una comparación de los consejos que nos viene a dar esta “madre” bondadosa en relación a los mitos navideños y los ya constatados como "mitos de los testigos de Jehová”, como aquellos que enseñaron que la generación de los que primero, serian personas con uso de razón, después los que aun siendo niños sus vidas se vieran marcadas por los acontecimientos de 1914 y finalmente como se les escurría la fecha, los nacidos en 1914. Como a pesar de todo la fecha siguió escurriéndose, ahora se habla del traslape. Estos que son parte de la generación de 1914 verían durante sus vidas la instauración del reino mesiánico de Cristo de forma literal en la tierra, destruyendo a todos los mentirosos y falsos entre otros.

Hay que decir que cada de uno de estos pasos ha resultado ser una mentira, y después se elaboró otra mentira para tapar la primera. De este modo se han concatenado una serie de mentiras que siguen haciendo cadena de enganche con la que se mantiene atado al mito a los testigos de Jehová.

No debemos olvidar que la relación de la “madre organización” con sus hijos espirituales se debe a la “CONFIANZA” que los “hijos” espirituales le ha dado en base a estas enseñanzas que no permanecen en el tiempo. Siempre hay que andar haciendo nuevas mentiras para tapar los fallos de las anteriores. 

Sin embargo en una familia tradicional hay otras cosas que unen y hacen que la confianza sea recuperada, como es el hecho de haber visto como los padres siguen cuidando de las necesidades materiales y emocionales de sus hijos y al tiempo apropiado reconocen cualquier invención que fue utilizada para hacerles felices con regalos y acentuar la alegría de esos momentos. Siendo esto con motivos altruistas hacia los hijos.

Con la “madre organización”, no podemos decir lo mismo, pues las mentiras hacen que esta siga obteniendo o cosechando los beneficios de grandes recaudos en las asambleas y congregaciones locales. Esta “madre organización” no ha reconocido nunca las mentiras, sino que sigue tapándolas con otras nuevas. Se puede observar los motivos egoístas en contraposición con los motivos que los padres tienen en las costumbres navideñas hacia sus hijos. Siendo estos la permanencia de su poder sobre sus adeptos además de las regalías obtenidas en las alcancías de la secta.

Leamos ahora el consejo dado por la Watchtower con relación a los mitos navideños y ejerza su capacidad de crítica en la comparación con lo que usted ya sabe sobre los mitos navideños y los que vez tras vez le predican en su puerta, o en los que quizá crea todavía si es testigo de Jehová.
  
*** g93 22/11 págs. 3-4 La Navidad: ¿cuesta más de lo que a usted le parece? ***
El mito de Santa Claus: ¿abuso de confianza?
“No creo que Dios exista”, dijo a su madre un niño de 7 años llamado John. Un artículo publicado en el periódico The World Herald explica por qué llegó el niño a esa conclusión: “Al parecer, John se había enterado aquel mismo día de que Santa Claus no era un ser real. Quizás tampoco lo era Dios, y eso fue lo que le dijo a su madre”. A sus 25 años, rememorando aquella desilusión, John comentó: “A mi modo de ver, el que los padres digan a sus hijos que Santa Claus es real probablemente sea un abuso de confianza”.
¿Cómo tratar esta delicada situación? Los pediatras no se ponen de acuerdo. Uno de ellos animó a los padres a decir la verdad a sus hijos a los 6 ó 7 años de edad, pues, según él, “si los padres persisten en perpetuar el mito, se puede perjudicar la psique de los niños”.
En el libro Why Kids Lie—How Parents Can Encourage Truthfulness (Por qué mienten los niños. Cómo pueden los padres fomentar la verdad), el Dr. Paul Ekman dice: “Todo parece indicar que ustedes los padres ejercen una gran influencia en sus hijos en lo que respecta a actitudes, creencias y comportamientos sociales, como son la mentira y el engaño”. Y añade: “Cuando se traiciona la confianza con una mentira, puede que las relaciones no vuelvan a ser las mismas. Es difícil recuperar la confianza después que se ha perdido; a veces no se logra nunca”. Si así es, ¿por qué perpetuar el engaño respecto a los regalos que se dan en estas fiestas?
Una investigadora del comportamiento infantil afirmó: “Creo que traumatiza más a los niños el que sus padres les mientan y engañen, que descubrir que Santa Claus no existe”. La Dra. Judith A. Boss, profesora de Filosofía, dice: “La intención de los adultos [...] es engañar deliberadamente a los niños en cuanto a la naturaleza de Santa Claus. [...] Al decirles que Santa Claus es un ser humano real, no estimulamos su imaginación, simplemente les mentimos”.
Si usted es padre o madre, tiene una inmensa tarea en sus manos: criar hijos cariñosos y felices en un mundo en el que desde tierna edad aprenden que no se puede confiar en la gente. “No hables con extraños.” “No creas todo lo que dicen los anuncios de televisión.” “Diles que mamá no está en casa.” ¿Cómo sabe un niño en quién confiar? El libro How to Help Your Child Grow Up (Cómo ayudar a su hijo a madurar) dice: “Los niños tienen que aprender cuanto antes la importancia y la belleza de la honradez, del valor y de las relaciones honorables con otros; y es en el hogar donde se originan estas cualidades”.
Por supuesto, no hay ninguna familia perfecta. Sin embargo, a fin de identificar las características de las familias fuertes, la autora Dolores Curran pidió a 551 especialistas en temas familiares que aislaran las cualidades más importantes. Los resultados de su investigación, publicados en el libro Traits of a Healthy Family (Características de una familia sana), analizan las quince cualidades principales aisladas por los expertos. La número 4 es “un sentido de confianza”. “En la familia saludable —dice— se reconoce que la confianza es una posesión preciosa, que se desarrolla con esmero y se va cultivando a medida que tanto los hijos como los padres avanzan juntos por las diversas etapas de la vida familiar.”
Los padres hacen bien en preguntarse: “¿merece la pena perpetuar el mito de Santa Claus a costa de perder la confianza que mi hijo tiene en mí?”. Es difícil recuperar la confianza. ¿Hay algún otro precio oculto que pagar por la Navidad?

Llegando a este punto, no extraña que tantos que se han dado cuenta de todas las mentiras de la Watchtower hayan perdido toda confianza en esta madre postiza, que con frecuencia, se ha metido en medio de las relaciones familiares basadas en la sangre, llegando a sacar totalmente a algunos de sus miembros de sus contextos familiares y culturales. Produciendo de este modo heridas de difícil reparación.

Referencias:
(1) *** w06 1/4 pág. 24 párr. 14 ‘Vayan y hagan discípulos, bautizándolos’ ***
14 La segunda pregunta también les recuerda a los candidatos el deber que tienen de cooperar con la organización que el espíritu de Jehová dirige. No estamos solos en nuestro servicio a Dios y precisamos la ayuda, el apoyo y el ánimo de “toda la asociación de hermanos” (1 Pedro 2:17; 1 Corintios 12:12, 13). La organización de Dios desempeña un papel decisivo en nuestro crecimiento espiritual. Esta suministra un caudal de publicaciones bíblicas para que aumentemos en conocimiento exacto, actuemos sabiamente ante las dificultades y desarrollemos una relación estrecha con Dios. Como una madre que vela por que su hijo esté bien alimentado y atendido, “el esclavo fiel y discreto” proporciona para nuestro adelantamiento una abundancia de alimento espiritual al tiempo oportuno (Mateo 24:45-47; 1 Tesalonicenses 2:7, 8).