sábado, 22 de septiembre de 2012

Sea para ti como hombre de las naciones.



Los testigos de Jehová citan las palabras de Cristo para dar apoyo a la doctrina de la expulsión en la que no se permite ni siquiera dar un saludo a alguien que ha sido castigado con dicha pena.

(Mateo 18:15-17) 15 ”Además, si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto. 17 Si no les escucha a ellos, habla a la congregación. Si no escucha ni siquiera a la congregación, sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos.

La primera reflexión que evoca estas palabras es… ¿Dijo Jesús o dio a entender que el trato como hombre de las naciones tendría que extenderse a toda la congregación o solo era el que tenia el litigio quien lo tenia que aplicar? Esta meridianamente claro lo que la expresión "sea para ti" quiere decir. Se entiende que quien debería considerarlo como hombre de las naciones era el ofendido, no así, el resto de la congregación. No dijo, 'sea para la congregación como hombre de las naciones'.

Una segunda reflexión responde a la clase de trato que tenían los judíos con los hombres de las naciones. Sería interesante comprobar cómo era dicho trato por parte de los judíos del tiempo de Jesús o de otras épocas. Comprobémoslo…

Jesus y el oficial del ejército romano.
(Mateo 8:5-10) 5 Cuando entró en Capernaum, se le acercó un oficial del ejército, y le suplicó, 6 diciendo: “Señor, mi criado está postrado en casa debido a parálisis, terriblemente atormentado”. 7 Él le dijo: “Cuando llegue allá lo curaré”. 8 Respondiendo, el oficial del ejército dijo: “Señor, no soy hombre digno de que entres debajo de mi techo, pero di tú una sola palabra y mi criado será sanado. 9 Porque yo también soy hombre puesto bajo autoridad, que tengo soldados bajo mí, y a este digo: ‘¡Vete!’, y se va, y a otro: ‘¡Ven!’, y viene, y a mi esclavo: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”. 10 Al oír aquello, Jesús se asombró, y dijo a los que le seguían: “Les digo la verdad: No he hallado en Israel a nadie con tan grande fe.

Trato cordial y amable por parte de Jesús a un hombre de las naciones conjuntado con una acción de curación a otro, también, hombre de las naciones.

Jesús con la samaritana…
(Juan 4:7-15) 7 Llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dijo: “Dame de beber”. 8 (Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar víveres.) 9 Por lo tanto, la mujer, la samaritana, le dijo: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”. (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.) 10 En respuesta, Jesús le dijo: “Si hubieras conocido la dádiva gratuita de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido, y él te habría dado agua viva”. 11 Ella le dijo: “Señor, ni siquiera tienes un cubo para sacar agua, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes esta agua viva? 12 Tú no eres mayor que nuestro antepasado Jacob, que nos dio el pozo y que bebió de él él mismo junto con sus hijos y su ganado vacuno, ¿verdad?”. 13 En respuesta, Jesús le dijo: “A todo el que bebe de esta agua le dará sed otra vez. 14 A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna”. 15 La mujer le dijo: “Señor, dame esta agua, para que ni tenga sed ni siga viniendo acá a este lugar a sacar agua”.

Siendo realista en este relato no se ve ningún saludo, pero... ¿Podemos decir que no hubo trato? Toda una conversación y además de índole espiritual.

Otro caso… Elías y la viuda de Sarepta.
(1 Reyes 17:8-12) 8 La palabra de Jehová ahora le vino, diciendo: 9 “Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y tienes que morar allí. ¡Mira! Ciertamente daré orden allí a una mujer, una viuda, para que te suministre alimento”. 10 Por lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta, y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber”. 11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un pedacito de pan en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña, y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo, y tendremos que comerlo y morir”.

Se puede ver que en el trato hubo algo más que un saludo y si se lee la historia entera resulta conmovedora.

Cuando uno lee las escrituras, vemos que había trato diferente entre los de las naciones y los judíos, pero... ¿vemos que se negaran los judíos a dirigir la palabra a estas personas? Desde luego que no.

Concluimos que el trato a los hombres de las naciones no era ni mucho menos un cortar todo trato y que la instrucción de Jesús era solo al que había tenido el enfrentamiento y no a la entera congregación.

Podemos ver que la analogía del trato actual con los expulsados entre los testigos de Jehová no es el trato con los gentiles u hombres de las naciones. Pero si encontramos otra analogía más precisa en otro lugar…, se trata de las penas impuestas por el sanedrín y las sinagogas.

*** it-1 pág. 901 Expulsión ***
El Sanedrín y las sinagogas. Durante el ministerio terrestre de Jesús, las sinagogas se usaban como tribunales para juzgar a los violadores de la ley judía. El Sanedrín era el tribunal más alto. Bajo la dominación de Roma los judíos no tenían la misma autoridad que habían tenido bajo el gobierno teocrático. Aun en el caso de que el Sanedrín condenara a alguien a muerte, no siempre podía aplicar esa pena debido a las restricciones que los romanos le habían impuesto. Las sinagogas judías tenían un sistema de excomunión o expulsión que constaba de tres pasos que recibían nombres distintos. El primer paso era la pena de nid·dúy, que en un principio se imponía por un tiempo relativamente corto: solo por treinta días. La persona sobre la que recaía este castigo no podía disfrutar de ciertos privilegios: se le permitía ir al templo, pero allí estaba restringida en ciertos aspectos, y todos, excepto su familia, tenían que mantenerse a una distancia de cuatro codos (unos dos metros) de ella. El segundo paso era jé·rem, que significa algo dedicado a Dios o proscrito. Este era un juicio más severo. Al ofensor no se le permitía enseñar ni ser enseñado en compañía de otros, ni realizar ninguna transacción comercial, salvo comprar los artículos de primera necesidad. No obstante, no se le echaba por completo de la comunidad judía y existía la posibilidad de que volviese a ella. Por último, estaba scham·mat·táʼ, que era un cortamiento total de la congregación. Algunos creen que no había diferencias entre estas dos últimas formas de excomunión.

Jesús nunca dio a entender que se debiera seguir este procedimiento con los malhechores de la congregación. Ni siquiera podemos entender que los apóstoles Pablo y Juan diera a entender un trato semejante (ver el post ¿Quién es apostata?, ¿Ni siquiera un saludo?...

¿No era este sistema, el judío, al que denunció Jesús?, ¿No siguió hablando Jesús a quienes se expulsaba de la sinagoga, incluso a los que condenaban a muerte?

(Juan 8:3-11) 3 Entonces los escribas y los fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y, después de ponerla de pie en medio de ellos, 4 le dijeron a él: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto de cometer adulterio. 5 En la Ley Moisés prescribió que apedreáramos a mujeres de esta clase. Tú, pues, ¿qué dices?”. 6 Por supuesto, decían esto para ponerlo a prueba, a fin de tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en la tierra con el dedo. 7 Como persistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: “El que de ustedes esté sin pecado sea el primero en tirarle una piedra”. 8 E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en la tierra. 9 Pero los que oyeron esto empezaron a salir, uno a uno, comenzando por los ancianos, y lo dejaron solo, y a la mujer que estaba en medio de ellos. 10 Enderezándose, Jesús le dijo: “Mujer, ¿dónde están? ¿No te condenó nadie?”. 11 Dijo ella: “Nadie, señor”. Jesús dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete; desde ahora ya no practiques pecado”.

Pero si la “organización” de los Testigos de Jehová se fija en el sistema judicial judío como ejemplo… ¿Por qué no se encarga como el sistema Judío de preparar a sus jueces, dándoles estudios avanzados de jurisprudencia?, no solo un seminario cada dos años en los que se consideran un par de hora algunos ejemplos de acciones judiciales, como se pretende en las escuelas del ministerio del reino para ancianos. ¿Por qué no se hacen los juicios en lugares públicos como los juicios realizados por ese sistema religioso Judío?

*** it-2 pág. 1157 Tribunal judicial ***
El tribunal local estaba situado en la puerta de la ciudad. (Dt 16:18; 21:19; 22:15, 24; 25:7; Rut 4:1.) Por “puerta” se quiere decir el espacio abierto que solía haber dentro de la ciudad cerca de la puerta propiamente dicha. Las puertas eran los lugares donde se leía la Ley al pueblo congregado y donde se proclamaban los decretos. (Ne 8:1-3.) En la puerta era fácil conseguir testigos para un trámite civil, como la venta de una propiedad, etc., puesto que la mayoría de las personas entraban y salían por la puerta durante el día. Además, el carácter público que tenía cualquier juicio llevado a cabo en la puerta contribuía a que los jueces fuesen cuidadosos y justos durante el proceso y en sus decisiones.

Como sabemos por la experiencia que tenemos como testigos de Jehová, este no es el proceder que se sigue en la actualidad. No se está siguiendo el ejemplo bíblico. Los comités judiciales se hacen en privado, sin posibilidad de defensa de alguien que conozca los procedimientos para garantizar un juicio justo. Cuando se ha resuelto expulsión y se anuncia dicha expulsión a la congregación, nadie tercero, tiene derecho a cuestiona la decisión y si lo hace se expone a expulsión. Podría haber confabulación de testigos falsos y no hay mecanismos para detectar este supuesto, ni tiempo para demostrarlo, ni para reunir pruebas exculpatorias, ni conocimiento pericial para realizar dichos análisis. El juicio se realiza sin presencia de nadie más que los ancianos y la persona inculpada, los testigos inculpatorios solo son requeridos al momento de su testimonio o si es necesario se puede hacer un careo, pero luego no se les permite la permanencia. Si se pone en tela de juicio el procedimiento, que no se transcribe en ningún tipo soporte, todo queda en palabra de uno contra otro. Los integrantes del comité suelen practicar el corporativismo, es decir, defensa de sí mismos entre el grupo constituyente del comité judicial.

Los comités se organizan de forma apresurada, y es constituido por personas que en muchos casos carecen de preparación, se forman por tres ancianos o si el caso es de cierta dificultad puede llegarse a formar por cinco ancianos. En la mayoría de las congregaciones los ancianos disponibles no son más de tres y mal preparados para estos casos. La instrucción que siguen es la siguiente…

Ks-10
Selección del comité judicial y el presidente

1. Si es preciso formar un comité judicial, los ancianos que estén presentes en el Salón del Reino determinarán quienes lo compondrán y quien será el presidente (véase 2:12). Los ancianos designados deben ser hombres que tengan discernimiento y obren con buen juicio. Aunque no hace falta explicar al cuerpo de ancianos todos los pormenores, deben proporcionarse suficientes datos para poder establecer, por un lado, si de verdad se cometió una falta que constituye motivo de expulsión, y por otro, qué ancianos están mejor capacitados para atender el caso en cuestión (km 9/77 págs. 5, 6). Por lo general, es mejor que los ancianos novatos sirvan primero con los más veteranos, pero nunca participarán en calidad de observadores. El comité estará integrado por tres ancianos; en los casos complicados, sin embargo, puede haber cuatro o hasta cinco ancianos de experiencia.

Es de consideración que aunque se use la palabra “anciano” para referirse a los que llevan la delantera en las congregaciones, en muchos casos son personas demasiado jóvenes para que pueda decirse que la falta de estudios superiores en el campo del derecho religioso de los testigos de Jehová (Esta disciplina ni siquiera existe), sea suplido por la experiencia de vida. También ha de decirse que los juicios en su mayoría no duran más que unas pocas horas y son realizados en una única sesión. Esto para dar un veredicto equivalente al de muerte como se ha reconocido que es la expulsión entre los testigos de Jehová.

*** w72 15/8 pág. 511 Preguntas de los lectores ***
Pero ¿cómo hemos de saber nosotros como individuos si una persona ha cometido un pecado que incurre en muerte? Juan evidentemente se refiere a pecado voluntarioso, a sabiendas, en contraste con el que no incurre en muerte. Donde la evidencia indicara esa clase de pecado voluntarioso, a sabiendas, el cristiano no oraría por el que ofendiera así. (Y esa evidencia tiene que existir para que se efectúe una expulsión.)

Para estos casos en el antiguo Israel, cuando Dios dio inicio al sistema judicial judío, se requirió una dotación especial de espíritu por parte de Jehová hacia los jueces que fueron nombrados por Moisés. Como bien se sabe, en el Israel del tiempo de Moisés se sustituyeron los estudios superiores con esta clase de dones, pero cuando estos ya no se impartían, la nación de Israel se procuro un sistema de enseñanza que garantizara la capacitación para estos puestos. Ejemplo de esto es la instrucción de Saulo de Tarso a los pies de Gamaliel, uno de los más reputados maestros y jueces judíos. Caso parecido ocurrió con los dones o carismas cristianos del primer siglo.

Una vez cesan los dones del espíritu se debe buscar la capacitación de una forma más terrena mediante estudios superiores, cosa esta que es rechazada por los testigos de Jehová. De hecho la única escuela con dicha categoría entre los testigos es la de Galaad (escuela para misioneros), pero se podría considerar como una parodia de universidad en la que todo asistente recibe su graduación, todos aprueban. El método de enseñanza, el de preguntas y respuestas con el libro abierto y sin evaluaciones, similar al que se sigue en las demás escuelas “teocráticas” de la “organización”. Prepara a los estudiantes para la predicación y adoctrinamiento en las creencias de los testigos de Jehová. De solo seis meses de duración, no tiene por objetivo principal preparar para atender asuntos judiciales.

Se ve por tanto que una vez más se ve una enorme distancia entre lo que podemos ver en la Biblia y lo que realmente hace la “organización” de los testigos de Jehová, aunque pretendan decirnos lo contrario.


5 comentarios:

  1. DECÍAS:
    El primer paso era la pena de nid·dúy, que en un principio se imponía por un tiempo relativamente corto: solo por treinta días. La persona sobre la que recaía este castigo no podía disfrutar de ciertos privilegios: se le permitía ir al templo, pero allí estaba restringida en ciertos aspectos, y todos, excepto su familia, tenían que mantenerse a una distancia de cuatro codos (unos dos metros) de ella. El segundo paso era jé·rem, que significa algo dedicado a Dios o proscrito. Este era un juicio más severo. Al ofensor no se le permitía enseñar ni ser enseñado en compañía de otros, ni realizar ninguna transacción comercial, salvo comprar los artículos de primera necesidad. No obstante, no se le echaba por completo de la comunidad judía y existía la posibilidad de que volviese a ella. Por último, estaba scham·mat·táʼ, que era un cortamiento total de la congregación. Algunos creen que no había diferencias entre estas dos últimas formas de excomunión.

    Oye tío, EXCELENTE RAZONAMIENTO. UN ARMA MÁS PARA DERRUMBAR LA FALSEDAD WATCHTERIANA.

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  2. Gracias, iluminati1914
    Esta tan claro, que tiene que haber un poderoso sistema de cegar para no verlo.

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  3. Incluso en el caso de la samaritana fue a la primera persona que le dijo directamente que es el Cristo. Muy bueno Coco

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  4. Recuerdo una reunión a la que asistí para los que deseaban ser precursores regulares. Recuerdo que el superintendente nos habló de un profeta al que Dios le dijo que fuera a predicar y que no saludara a nadie (no recuerdo su nombre, lo siento). Nos explicó que en la antigüedad el saludo era pararse a hablar con la otra persona hasta incluso llegar a pasar el día en su casa. Y yo me pregunto: ¿Cómo es que no se tiene en cuenta el contexto histórico, entonces, en este caso? O todos moros o todos cristianos, como suele decirse (sin ánimos de ofender).
    Sin embargo, me quedo con las palabras de Jesús en Mt 5,47: "Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los paganos se portan así!" Ante la duda, Jesús pasa por encima de Pablo.

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  5. Yo también recuerdo una reunión para los que deseaban ser precursores regulares y se hablaba de este profeta. Tampoco recuerdo su nombre, lo busqué en una ocasión y lo encontré. Podría volver a encontrarlo... Es verdad, yo siempre me he acordado de ello. Supongo que el superintendente la hizo partiendo de un bosquejo dado por la Sociedad... O eso o estuvimos en el mismo salón ;) Pero hace años, ya... Tal vez 16 o 17. Me ha hecho gracia que hayas hecho la misma reflexión que yo.

    Un saludo

    Noelia

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